miércoles, 16 de junio de 2010

Se acabaron los sectores refugio

Parecía imposible que sectores como el de la salud y la educación estuvieran en el punto de mira de las medidas economicistas de los gobernantes. Sectores que fundamentaban su seguridad en el valor universal y social que tienen, y que nos han hecho creer de manera un tanto ilusa, que eran intocables por lo que representan en una sociedad madura y responsable.

Muy grave ha de ser la situación por la que atravesamos para que la salud de los ciudadanos y la educación de nuestros hijos se vea comprometida por los recortes presupuestarios que venimos sufriendo con mayor intensidad en este último mes. Mensajes lanzados desde la Generalitat de Catalunya diciendo que los hospitales concertados veran disminuidos sus contratos de actividad en más de un 3% son un claro ejemplo de la crisis política y económica que vivimos.

Es incomprensible que esta sea la primera medida a tomar cuando la Administración Sanitaria no ha realizado ningun esfuerzo por adelgazar sus infladas plantillas y cargos públicos, que por otra parte, han demostrado una ineptitud de forma tan evidente que resulta difícil entender como pueden seguir con un discurso gastado y demagógico, insistiendo en que los ciudadanos no han de notar la escasez de recursos con los que se veran afectados los hospitales.

Aunque considero más preocupante, saber que posición van a adoptar las patronales del sector en vistas a un acuerdo que no desintegre la hasta ahora respetada por todos XHUP (Xarxa d' Hospitals d' Utilització Pública). ¿Cuales pueden ser las consecuencias ? ¿Que ocurrira si los hospitales empiezan a tomar decisiones cada uno por su cuenta? ¿Aceptará la población sin más los recortes en materia de salud?

Seguramente nos encaminamos a cambios que nos han sorprendido y que desconocemos el alcance de sus consecuencias.

martes, 15 de junio de 2010

la salud no es un bien de consumo

El fracaso del sistema sanitario español es una realidad palpable, la falta de profesionales especializados, las listas de espera, la mala utilización de las urgencias, la ineficiencia de los centros de atención primaria, todo ello acompañado sin duda por la falta de educación a la ciudadanía en la utilización responsable de las prestaciones a las que tenemos derecho. Pero no existe derecho sin obligación, y ¿donde está la corresponsabilización de los ciudadanos con respecto al consumo libre y sin control que hemos venido practicando? No podemos culpar a los ciudadanos si no hemos sido capaces de poner límites a sus expectativas, pero eso no nos debe impedir reflexionar sobre como provocar un giro social en la comprensión responsable de la salud como un bien común e individual, un bien a proteger entendiendo su valor social y económico.



Nos encontramos en un punto, en el que la sostenibilidad del sistema está en peligro. ¿Quien le pondrá el cascabel al gato? ¿como plantear un sistema eficiente? ¿es el momento del copago? Interrogantes que seguro podemos compartir en este espacio de reflexión ciudadana.